Fecha de publicación: Abril de 2020
Número de páginas: 9
El informe señala que, en la lucha contra el COVID-19, miles de millones de datos personales geolocalizados están siendo utilizados por diferentes países del mundo con el fin de ‘aplanar la curva’ de contagio, para restablecer la circulación de las personas y gestionar mejor el distanciamiento físico entre individuos. Varios Gobiernos han empezado a utilizar herramientas tecnológicas y sistemas de vigilancia para rastrear personas y sus contactos (contact-tracing) y así controlar el contagio. Este tipo de tecnologías es polémico, dadas las implicaciones que tiene en cuanto a riesgos en materia de privacidad y las decisiones que están tomando algunos países al respecto. Si se entienden los datos como un bien público (no rival y no excluyente) necesario para mejorar y acelerar la respuesta en medio de una pandemia, ¿se justifica entonces la flexibilización de los estándares de privacidad? ¿Justifica el fin último de rastreo y control del contagio, como medida para asegurar la salud de todos y reestablecer cierta normalidad social, una posible vigilancia intrusiva de los Gobiernos?