Fecha de publicación: Julio de 2020
Número de páginas: 8
El informe señala que los servicios públicos digitales son una exigencia. El sector privado ha subido el listón de la experiencia del cliente y la gente espera que los Gobiernos estén al día. Para muchas personas, es una cuestión de confianza: los ciudadanos que están satisfechos con un servicio público tienen una probabilidad nueve veces mayor de confiar en el Gobierno que los que no lo están. A diferencia de las oficinas físicas, las digitales están abiertas al público las 24 horas del día, los siete días de la semana, y permanecen abiertas durante las crisis de salud pública, como la pandemia de la COVID-19. Las interacciones digitales consumen menos tiempo de las personas y reducen la carga administrativa de las empresas, lo que puede contribuir a apoyar a las compañías a medida que las economías se recuperan de los efectos de la COVID-19. Además, automatizar la tramitación de los casos aumenta considerablemente la productividad, reduce los retrasos y libera recursos para otras prioridades, lo que constituye otra ventaja en la crisis de la COVID-19, cuando la rapidez y la capacidad de recuperación para la prestación de servicios esenciales (como las prestaciones de desempleo o médicas) son primordiales. Los empleados del sector público también se benefician de la digitalización. La reducción de las tareas repetitivas y el hecho de que los ciudadanos estén más satisfechos allanan el camino para lograr mayores niveles de satisfacción en el trabajo.