Fecha de publicación: Febrero de 2015
El informe indica que los profesionales del sector turístico español señalan a la cultura corporativa como una de las mayores barreras para invertir en estrategias diferenciales de gestión de datos, sólo después del dinero. Asimismo, destaca que para cumplir ese objetivo les preocupa más dotarse de científicos de datos que comprendan realmente y extraigan valor de la información –el combustible del siglo XXI– que acceder a la tecnología necesaria. Estas percepciones apuntan a que el gran reto de la transformación digital no son las herramientas sino las personas y los principios que las mueven. Según el informe, las empresas turísticas españolas tienen ahora una visión mucho menos disruptiva del entorno digital, más orientada a optimizar la propuesta actual en precios y costes del sector que a desarrollar nuevas soluciones o experiencias acordes a los hábitos y motivaciones del nuevo viajero social. Las empresas ven los grandes conjuntos de datos como una herramienta para predecir la demanda y caracterizar el mercado. En mucha menor medida, entienden como una oportunidad para mejorar la reputación de la empresa, potenciar la captación y fidelización de clientes y menos aún para transformar internamente la compañía. En general, esas empresas no creen que el big data genere modelos de negocio radicalmente distintos, basados de hecho en los ejes por los que se mueve el turista conectado y por los que avanza la transformación digital. Sólo las pymes vislumbran el potencial de una experiencia personalizada.